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Nacimiento

Y déjame te cuento que, ya para despedirnos, que un día como hoy nació Severo.  Doña Yoya dice haber quedado deslumbrada, en sus ojos quedó impresa la imagen de su recién nacida estrella. Sabía mejor que nadie, que la luz de ese pequeño brillaría por siempre, así lo decía su intuición. Ombligolandia, ahí es donde comenzó la aventura de Severo Severín de la Severa.  Aunque ha pasado algo de tiempo, sus allegados recuerdan muy bien esa fecha. Año de 1976 si no me equivoco. Sí, todo un suceso. El primogénito era la novedad. Una de sus tías me contó que el pequeño ombligón lloraba fuerte, con mucho pulmón; dijo que pegaba unos gritotes, ja! Y fue por lo chillón que era el güerco que a doña Yoya le regalaron una mecedora para que lo arrullara.  Me sorprende que aún exista esa mecedora; el año pasado la ví, la conserva Severo; me la mostró la última vez que lo visité; ya no las hacen como antes. Me contagié de la alegría de Severo cuando se sentó en la mecedora y me contó el origen de ella.